Divertido cuento donde el protagonista tiene la afición de comerse los libros. Tanta glotonería tiene su lado positivo ya que Enrique se convierte en un chico muy inteligente, gracias a todos los libros que ha ingerido.
Está presentado con dibujos grandes, fáciles de entender por el alumnado y con un color y diseño de los personajes muy cercano a los niños.
La moraleja nos conduce por la elección de la lectura.
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